Frente a la miel, esta corriente
de aire con olor a cera que hace dudar
y que las abejas utilizan como escudo
contra los ladrones de colmenas,
se anuncia un manjar amargo, polen
de azufre para paladares adictos al infierno,
luego se corre la cortina
y en la trastienda se elabora
la ambrosía de fuego con que sueñan
los dioses más reacios
a compartir mesa y mantel
con los mismos ladrones que ayudaron
a robar la desazón del fuego,
toda confusión es poca si se logra
salvaguardar la miel original.
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