No provoques al monstruo,
también él tiene derecho
a superar el cruce de caminos
de la homogeneidad, sobre esa base
se alzarán las columnas de su templo
y el humo perfumado de su longevidad,
cuando quieras hablar con él
descuelga la lira y pulsa suavemente las cuerdas,
ofrécele comida en flor,
no las ciegas carnes sacrificadas al olvido,
y cuando la noche caiga
déjale dormir sobre el respaldo
de tu mejor butaca de lectura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario