miércoles, 9 de junio de 2021

Por encima sólo el águila

 


Recuerdo aún aquellas vacaciones 

que pasé en el silencio,

había un campo interminable

que lindaba a veces con aldeas

minúsculas subidas en lo frondoso de las nubes

como arriscadas cabras de lo que está siempre naciendo,

los árboles cubrían a modo de telón

un escenario rumoroso en el que sólo faltaba la palabra

es verdad que existía un manera de comunicación,

el cuco, las alondras, los mil pájaros sin nombre

trenzaban sus hiladas de color con la armonía

de lo elaborado por necesidad 

sin sucumbir a concesiones,  

a salvo siempre la mirada para honduras lineales

y las confidencias del teclado de bancales estrictos 

que se asoman sin vértigo al vacío,

por encima sólo el águila, al oeste la caliza gris

y a lo lejos el humo de lo que arde sin llama, 

eso que ya no existe pero sigue

alimentando un fuego inextinguible.

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