viernes, 18 de junio de 2021

Murciélagos colándose por la ventana

 

No era fácil obtener el privilegio:

al caer la luz, con el sonido de las moscas

flotando aún, llegaban ellos, uno a uno,

turnándose, moviendo el aire

con esa falsedad de tela vieja

que dora los crepúsculos y anima

a los fantasmas a salir,

yo ni siquiera me agachaba

para evitar la telaraña de sus alas

ni agitaba sombreros para cazarlos

con el embuste ingenuo del olor a sudor,

sólo quería saber si era verdad

que batían el aire

para aliviar el sufrimiento de las almas

atrapadas en la enredadera del alambre de púas

con que dios quiso cercar el purgatorio.

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