jueves, 31 de enero de 2019

La música que mulle el algodón


                                              A esas aves menores que se pierden


Cada mañana
vuelven a estar ahí, sin decir nada,
y qué habrían de decirme 
si no compartimos ni el idioma,
ni la sal, ni la estrategia, ni las emociones,

ellas se afanan
en la orfebrería de un lenguaje
hecho de hojas y de ramas, a su manera 
cumplen el principio de oportunidad, 
dada una causa, este es el efecto,
defendiéndose igual en otras artes
sabiamente inútiles como, por ejemplo,
la de poblar de un gris vibrante
un mundo frío de colores puros.

Yo no hablo con ellas, pero dejo
mis miguitas de pan para que sepan
mi elemental abecedario.

miércoles, 30 de enero de 2019

Se decía que la felicidad es no tener




En las escombreras de este siglo
no hallarán cemento, ni cristal,
una arqueología ciega
mostrará puertas abiertas al vacío, 
ventanas desojadas y los restos
de un libro blanco con cenefas de humo
dando fe de un embargo total sobre el común
que acabó registrado en los estratos
de la propiedad invertebrada.

No hay por qué afligirse,                                
escuchar las armónicas goteras
en jornadas de lluvia es un indicio
de predestinación, el cielo premia
la desposesión con el consuelo
de una indigencia entretenida: 
dirigir una orquesta chapoteada
entre cubos de plástico que aportan
colorido al silencio del desván.

(No escondas las escorias
de la felicidad bajo techado,
jamás podrían florecer.)

martes, 29 de enero de 2019

También el polvo vuela




Hay aves
que, renunciando a su liberad, se ponen
al servicio de algún dios,
al que llegan a robar parte del alma, 
mira esos cuervos lentos que coronan 
la majestad apática de odín, 
el águila de júpiter devorando 
entrañas guarnecidas de primavera eterna,
la lechuza de ojos sabios columpiándose
en los pensamientos de minerva.

Y tú, gorrión, a qué dios seducirás 
para que asuma en ese carnaval
la representación de tu pobreza?

Deja que el aire llene tu interior
de celofanes rojos, que la vidriera
rompa su color sin la amenaza 
de puñales ávidos de bronca.
Que se mueran de envidia, no de sed.

lunes, 28 de enero de 2019

Atravesó Anibal el ojo de la aguja?





Te permiten mirar al infinito
como si miraras a un espejo financiero,
puedes sacarle sangre al monstruo
por unos pocos euros, dar carne humana
a los predadores de cartón
que protegen las entradas
del centro comercial,                                          
                                              pero
no se te ocurra disparar
con tu móvil hambriento a los que guardan
la copa funeraria de los sueños
censurados por la autoridad.

Carthago delenda est, estúpido.

domingo, 27 de enero de 2019

Tablero para ciegos






Lejos sólo hay un rumor de pájaros,
una imaginaria algarabía de los ruidos
con que el día se acerca, algo
de luz en la pereza
de las primeras horas, unas hebras
de sueño apelmazado suavizando
los reflejos del sol en la ventana.

¿Qué me pierdo?
Un vuelo sin programa es lo que anuncian
los vencejos del alba, lo gorriones
charlando sin parar esperan
el diezmo del pan duro, acaso
para trucar de convivencia
esa proximidad espuria con lo humano
más irracional, aunque podría
no ser más que el autoengaño
de nuestra ingenuidad tan pretenciosa.

sábado, 26 de enero de 2019

Zurcido en el roto de un paisaje





Si el premio fuera a pájaro cazado,
entonces sería un disparar a ciegas,
sin pájaro a la vista o con distancia
saturada de alondras y gorriones,

busco esas 
sacras conversaciones entre especies
que nunca se entendieron 
si no mediara desconfianza o dolo,

liga, lazo, reclamo y perdigón
resumen el despecho
de criaturas que no saben volar
y el aire apenas lo respiran.

(Una vez un jilguero
me dijo adiós desde el penacho
monótono de un cardo.
Lo entendí a la primera
sin necesidad de traducción.)

viernes, 25 de enero de 2019

Código de barras





Escojo la paciencia del gorrión,
el jilguero se encela por el canto
y por los colores puros enfrentados
a la grisura del reclamo, 
                                           dice
en dos palabras que lo quiere todo,
que lo tiene todo controlado,
la música y la letra, la estrategia,

y de repente, zas, la liga recechando
los granitos de alpiste, la mordaza
de alambre con un triste 
bebedero de plástico, una puerta
que no tiene salida y unas ganas
irrefrenables de cantar. El llanto.

jueves, 24 de enero de 2019

Humos y augurios





Hemos descorrido el tul
que oculta el vaho, formula ese deseo
que te tiembla en el párpado y la mirada
hará surgir el entramado
de la pesadilla antigua desprovista ya
del veneno nocturno, 
                                     nada
mejor contra la muerte
que los recuerdos puestos 
en ristra al sol, momificados
por la quietud y la esperanza
de una vida futura

Lo más fácil aquí es quedarse quietos, 
aguantando el tipo y la respiración, 
perseverando
en el mimetismo del insecto palo, 
lejos
de cualquier protagonismo.



miércoles, 23 de enero de 2019

En las escuelas de la antigüedad




Alguna vez intentas avanzar
con una palabra prendida de los labios,
sin sonido, sin sabor aún,
macerándose lenta en las papilas,

antes fue dolor, renuncia al bordoneo
de las abejas innumerables de la luz,

a quién debo ignorar para que el caos
no se instale en mis ojos,
es como cortarse el pelo
tras una larga enfermedad, te duele
el pasado que cae, la olvidada
amistad de lo caduco,

te dices: cómo hacer
para que el mundo se levante
y quiera andar conmigo.

Nunca iré por ahí 
llevando a las palabras como a perros
sujetos con correa.

martes, 22 de enero de 2019

El dedo que señala burlón





Sobre la montaña
levantada a sí misma, nieve, ese azul
que se pone el mono de trabajo
azul también, aunque distinto,
de la monumentalidad a pie de obra.

En ese entorno eres
una distorsión a la templanza
de la masa erigida como ara
de sacrificio al dios lejano
de las estaciones, -toma ya-,

tienes ese punto impertinente 
de la basura abandonada entre hierbajos,
tu ropa de color suena a disparo
en el silencio casto del rigor feudal
y puede echar por tierra
el esfuerzo de siglos de clasicidad
y de barroco doctrinario.

Mejor, quédate en casa.


lunes, 21 de enero de 2019

Se empieza siempre con érase una vez





A veces puede verse el libro de los símbolos
abandonado al viento, sus hojas
pasando sin control, volviendo atrás, cinéticas,
subiendo de repente al cielo o descendiendo
como piedra al abismo, 

así se escriben páginas y páginas,                                         
la velocidad de lo nombrado
echa un pulso al tiempo que lo iguala todo
en un giro de luces asomadas
a la ranura de lo imaginario,

negarlo todo o coincidir ya es un misterio
que nos hace mirar los parecidos 
en el espejo de las identidades,

con ello nos quedamos: todo
enfrentado a si mismo o a favor del signo
que precede a su sombra, nada
como reflejo de algo traído por los pelos.

domingo, 20 de enero de 2019

El vuelo de la mariposa





Por más que apures no hallarás el punto
de oxígeno maduro en esa flor, 
todo pende de un hilo y no hay certeza
que se ofrezca a sí misma como fruto
de reflexiva calma, 

                                     dudas
habrá siempre por doquier y abismos 
perforando la seguridad de la mirada, 
o cuentas de la vieja usando
la eficacia aprensiva de los dedos
para contar hallazgos que no aguantan
el certificado de la luz,
                                       
                                            a menos, claro,
que abandones ese privilegio
de la erudición y vuelvas
a contar con las cosas que solemos
considerar elementales, las que viven
atadas a si mismas,
sin pretensiones de volar.

sábado, 19 de enero de 2019

Los poros en el agua





Junto a la fuente, en barro vivo,
unas estrías esculpidas por el peso
de una huella humana, de eso
impertinente y pretencioso que solemos
llamar civilización, acaso de manera equivocada,

hubiera preferido algo animal 
abriendo paso a una querencia, al agua
redentora del esfuerzo
de vivir y dar vida con su sola
rutina necesaria, lo salvaje
y humilde de las cosas.

Así cualquier ausencia
se hace fiesta de guardar entre los juncos.

viernes, 18 de enero de 2019

Nadie canta así




Sea ese movimiento quieto de la mente
quien nos haga volar, ulises ciego
de cera y cuerda, quieto
al borde del abismo de la tentación,
ganando metros al peligro,
sabiéndose seguro, red robada
al dios apócrifo del vértigo, mito
reconducido por carriles al ocaso
de la sacralidad.

No hay nada
detrás de tu heroísmo, ni siquiera
la heroicidad suicida de la apuesta
de todo contra uno. 
                                      Algo
habrás sacado en claro de entre tanta
chatarra semidiosa.














jueves, 17 de enero de 2019

Del libro de todo sobre todo


                                       (no hubo bastardilla suficiente para salvar todas las citas)


Bordaba letras sobre el lienzo con verónico gesto, 
así el ciego pudo leer los sueños de penélope,

y el espíritu sopló sobre las aguas
soñaba san antonio un viernes de cuaresma
mientras escribía el sermón para los peces,

a la huella del arado sobre la tierra negra 
la llamó renglón y no logró pinar ni una palabra 
cuando cambió ese nombre por el de cosecha,

hermosas cicatrices sobre el bronce,
antes sobre el barro, antes sobre el agua
y mucho antes sobre la tiniebla primitiva,

sopló sobre los ojos del mendigo y recordó a tobías, 
antes del barro y del estiércol de las golondrinas,

polifemo lloró sobre las ruinas
desde el ojo cegado de la cueva.

miércoles, 16 de enero de 2019

velos de ignorancia





Salta el pez fuera del agua,
y te preguntas: eso es miedo o alegría,

el agua es un oxígeno maduro
para situaciones en el límite
de la asfixia racional, qué sabes del exterior, 
el pez ignora las dádivas del aire, sólo
por la humedad lo reconoce como
atmósfera rodante, intuye 
que podría volar, secar sus alas en el lado
que se confunde con la muerte, nadie
le dio instrucciones antes, nadie
le enseñará a dudar del beneficio de arriesgarse
frente a la ignorancia,

dará curso a la sed, 
se dotará de impulso suficiente
para acceder a vidas nuevas
que nadie sabe si palpitan.

martes, 15 de enero de 2019

Ni siquiera esas lágrimas fingidas





El verano llegó con tanta fuerza
que dobló al mes por la mitad, antes
del veintiuno, y así, con una primavera coja
que aún conservaba algunos ramos
de flores en el desván, los duelos
de abril ardieron
en la disciplina del calor dejando
una triste nota de flojera ante el furioso
torbellino de julio,
                                  pero el rabo 
de cebolla con que marzo 
suele hacer llorar a los que apuran
los espejos de la autocomplacencia 
provocó gran revuelo, los meses ya vencidos
se vinieron arriba y con la ayuda
del latiguillo helado de febrero 
convencieron al aire de jugar al frío.
Y llenaron las crónicas de furia.

Nadie se lo creyó, pero en las fotos
aparece la nieve en pleno julio.


lunes, 14 de enero de 2019

Ellos no siguen cauce en la escritura






El relator es ese ser carnívoro
que alza su cuchillo al modo abraham, 

debajo siempre tiembla algún isaac 
ansioso del pedazo de pan ácimo 
robado a la leyenda,
                                   pero 
quienes manipulan los cristales
del limbo plano de la imaginación son esos
oficiales menores, los que afilan, cortan, 
despedazan o cosen los desgarros 
más encriptados de la realidad,

te dirán cantando: dientes
de perro te amenazan, canta, canta
y verás cómo se alejan.

Lo verás desde lejos, tan sencillo.

domingo, 13 de enero de 2019

Editorial de símbolos





Vino la cigüeña, crotoró,
llegó el ciervo brizando, estuvo
el gorrión de parloteo, brisa
magdaleniense repitiendo
un mugido rupestre, lenta
y gregoriana melodía de lobo místico
poniendo la escarcha de puntillas, filos
vidriados de metal de mirlo en celo,
rotos pespunteados de humedad croando
en la laguna de las ranas,
serpientes desgarrando la gran seda
del escenario donde, quieta,
la piedra pone plomo
a modo de escolar tablilla
cuando hammurabi va a la escuela,

y ahora quieren borrarnos el silencio.

sábado, 12 de enero de 2019

compensatoria




10

Papel en blanco, no te asustes del arpón
que imprime huella,
el pensamiento vuela como polvo en verano,
no soporta la pesada quietud 
de la página ya escrita, tan inútil,
tan perfecta, tan inmóvil,
él se nutre sobre todo de silencio.


11

Y si el polvo volase, no temas, pensamiento,
queda aún mucho espacio para el signo,

amando la distancia, creces,
si te dejas sembrar te haces pequeño
hasta desaparecer, es otro
quien intenta cazar al vuelo
la feroz alegría de las hojas libres
para dejar en ellas todo el plomo
de su amargura. Duele más
la libertad que la mordaza.

12

Si al despertar siguieran
ahí el papel y el pensamiento
y la mirada en blanco y el temor e incluso
la quietud tan perfecta, entonces
debes hacer la gran hoguera
para que arda todo y no quede
más que la ceniza de los sueños.

Ni siquiera las licencias de uso.

miércoles, 9 de enero de 2019

Borrárase como agua el telediario






Pactar exilio con el aire de este lado de la raya,
nacionalidades como piedras
acumuladas en el malecón, percutidas
por un agua extranjera de rizado pelo,
ojos de verdoso vigilar, azules venas
de corriente rojiza y negros
despertares en el lado neutro de la lontananza,

dime, perrito vigilante, a dónde
pueden ir los camaleones, cómo
se reconstruye el monumento 
que ha rescindido su memoria gracias
a los embustes de la narración, cuándo
es aquí de día o con qué pijama
se ha de acostar este dolor
para un despertar menos amargo,

dale
paz a tu mano, lejos
de lo que pueda ser noticia.

martes, 8 de enero de 2019

Las traducciones de la niebla






Alguien que se asoma al borde hermoso
del acantilado, arriesgadas flores,
vapores fermentados por el sol 
y algunas aves de mar flotando en algo
que no es aire ni agua,

el temor 
empuja suavemente al viento y lejos
suena el mugido de algún barco
satisfecho de estar lejos de cualquier orilla,

gran bisonte, hierba
no ha de faltarte en la gran pradera azul,
ni un puerto horizontal, sin cabos
ni amarras que amenacen
tu libertad.

lunes, 7 de enero de 2019

A él se debe ese color





Trucado cuervo, derivado
de puñales azules, sierra
que corta rudamente a diente
mellado y empujón, pluma
con imbricaciones simultáneas de esas
que se repiten con las horas,

algo
me dice que la creación se puso
de su lado, en contra de programas
ciclosemanales, voluntario él contra las alas
repintadas de blanco, hijo
de rebelión congénita contra toda
edénica aquiescencia, 
dice
con cavernosa gravedad que basta
de moralejas enfundadas
en correveidiles terciopelos, sólo
respondo a mi perfil, nací radiografía
de la disparidad.

domingo, 6 de enero de 2019

Por ellos balan los corderos





Quedan armas ahí, en esa
fecunda vega de oro, las orillas
se abrieron a la eternidad y trajeron
noticia de lo oscuro, sangre 
derramada sobre los hierbajos
de un camino sin final, los hijos
convocando luces para darles
espiga y recompensa a los que fueron
durante lustros la semilla
de una entristecida duermevela,

ahora
pesa el párpado, no llega
a los pies la manta contra el frío, 
y ahí fuera sigue aireándose
la escalinata del temor.

Mirad, ni siquiera tengo sepultura.

sábado, 5 de enero de 2019

Urgan en las cenizas por si





Un manifiesto alado, el arte vino
a cenar anoche, trajo confusiones y desnudos
a pleno frío, coronados discursos de silencio, 
toses homónimas de reprobación y luego,
sin transición apenas, unos
resultados de valor incierto,

                                  esculpes
de manera mecánica, abanicas 
las grandes hojas de papel escritas
con tinta viva, que las seque
el aire eterno, la gracia simple del compás,
medida de lo canónico y loable, 

                                                      nunca
debiste diseñar el trono
para que ese diablo se sentase a contemplar
un ocaso de espaldas, el rabo pende
de majestad y a veces
hasta su gracia es perceptible
entre el reproche de los entendidos.

viernes, 4 de enero de 2019

Ni génesis ni historia






Salieron hombres de la nada, antes eran
pujanza y amor propio, -lo sin palabra-
la forma cónica de dios estaba quieta,
sin  torbellino, sin la cola de chispas
que desprende al girar el esmeril y apuntaba todo
a esa bastardilla de los ángulos muertos
con que la historia narra algo lateral.

Y no eran narración ni geiser
de vaporoso idioma, estaban
de pie sobre la nada y se acostaban
en su propia sombra para darse
calor, forma, latido y convulsión, que todos
vieran que la vida los tomaba del brazo
con ese gesto grave
que precede a las arcadas de la transfiguración.

Estar allí en ese momento y escuchar la palabra, 
eso 
sólo pudo hacerlo la irreductible soledad.
                                                                                                                                                                                                                                                                            

jueves, 3 de enero de 2019

Las nevadas sugieren redundancia




Describir la nieve que ha caído
en un metro cuadrado a nuestro lado,

compararla con la que hay en un círculo
a dos metros de distancia, 

trazar el círculo, medir los pasos,
hallar la equivalencia en metros,

después sacar las conclusiones mientras
alientas en los dedos, qué frío, buscar la simetría
de los copos caídos en leyenda, darle
la vuelta al argumento, el hormigueo
de la sangre, su color, su recorrido, 

                                                            algo
tan dispar no puede ser producto
del deprimido azar, (abrimos un informe
sobre correspondencia y condición y damos
por amortizados los inviernos: frío igual a calor).

miércoles, 2 de enero de 2019

Una religión cercana a Ícaro





Viene duro el motor, con ruidos
y aristas sofocantes, tatuado en el aceite
de la celeridad, cosido con remaches 
filosofales al espejo de su inmóvil causa.

Dime, pausa, cómo
reconoces el momento
de la aceleración, el cero puro
del no descanso, el ronroneo apático
de un ralentí que nunca duerme y sin embargo 
sueña con la innumerable rotación de las esferas,

yo pronuncio
con aprensión esa palabra pesada y dolorida,
-no hay razón contra misterio-, sospecho 
que todo eso encerrado ahí no alcanza 
a definir la vida,  pero al alzar
la máscara mecánica escucho
cómo se le encabrita el corazón, y acabo deduciendo
la poca fe que es necesaria
para sentirse a lomos de pegaso.

martes, 1 de enero de 2019

Ventana sin visillos





La fuente se repite,
el aire se repite, el eco
se repite, las horas
se repiten (¿se repiten?),

                                          sólo
 y yo creemos 
flotar en un instante irrepetible.