martes, 31 de agosto de 2021

Apolo contra marsias (primer set)

 

Cae la nieve, las encinas

que rodean al anfiteatro tienen

bellotas de oro y sus flores imitan a gusanos amarillos,

como los colores de su equipación,

cuando empieza a sonar el peloteo, toc-toc, los cuellos

se giran a ritmo de robot, cualquier interrupción

provoca una cataclismo en la mirada, aunque nunca el silencio

signifique ventaja, están tan igualados

como la tierra de la pista sin pisar aún,

en un descanso apolo se toca la entrepierna

sin disimulo y con hocico retador, 

no todo hay que dejarlo al inexorable ojo de halcón

que suele usar maneras celestiales para darse

la razón a sí mismo y a destiempo,


desde el fondo de pista es imposible

superar la red del monte fuji, se lee a duras penas

en los labios del equipo técnico, usa el revés

como una piel inversa, la que ha de darte a conocer,

la armonía mejor es la del viento,

todo esto traducido 

de entre las estadísticas que anuncian

lo que debe ocurrir salvo desastre.

lunes, 30 de agosto de 2021

Apolo contra marsias, (previo)

 


El color amarillo 

no es peor que el rojo 

ni la fuerza del viento ha de llevar

mejores melodías a los ojos

de quienes escuchan en la gradería,

elijo el lado norte

antes de que la moneda caiga y ruede

sobre los párpados cerrados, ni un solo guiño

al entrenador que sabe todo

sobre notas sopladas,

vuelan grajillas por el lado sur, las nubes

acentúan el luto, el periodista grita

su crónica a los sordos instalados en el anfiteatro,

 

las majorets exhiben el oro de sus piernas

y los pompones suben de cotización en la balanza

de la megafonía,

pálpate el bolsillo antes de que irrumpan

los vendedores de palomas, los aromas helados

de chocolate y de vainilla entre columnas

de incienso y la vestal de guardia eleve

su perfil de cariátide con versos 

de pie quebrado y metro yámbico,

vendrá el dolor a colorear el ara

sacrificial y juntos entonaremos el silencio

ritual de nuestros dos equipos,


luego el silbato rasgará la tenue

cortina de las expectativas.








domingo, 29 de agosto de 2021

Como si volviera a pasar ante nosotros

 

Toca ahora

repasar esos oficios ya cegados

por las cataratas de la historia,

no se ven ya vendedores de púas de espino albar

para quitarse las verrugas

y acudir sin lunares al rodal del plenilunio,

ni cosedores de botones sin ojal

con hilo de oro en la pechera yerma del chaleco,

ya casi ni recuerdo al buhonero

soldador de hojalata que restañaba lágrimas de estaño

como si fueran sangre desteñida,

o el teñidor de telas con las cortezas de abedul

hervidas en vinagre que hacía aparecer un arco iris

haciendo chiribitas a la ropa vieja 

para vestirla de domingo,

y sobre todo echo de menos

al que vendía flores de avellano

que había que poner bajo la almohada

para curarse los olvidos y hacer que todo

volviera a pasar ante nosotros

como si fuera la primera vez.

sábado, 28 de agosto de 2021

Visitamos las ruinas

 


Hemos llegado a ese reducto

vendado de andamiajes cuya vejez tenemos

en tan alta estima, allí las vírgenes

vestales, las estatuas parlantes que lo dejan todo

a la megafonía que la piedra cincelada expone

como mensaje oracular, nos vendaron los ojos,

nos llevaron hasta la entrada de la cueva

donde los ecos guardan la voz de nuestros padres

y con ese rocío de los ojos

regresamos tranquilos al embuste

de las actuales construcciones, tan felices

como animales que disfrutan

una eternidad a plazos

con el pesebre bien cebado.

viernes, 27 de agosto de 2021

Un viaje sin resumen

 


Vengo algo cansado,

no del viaje, no, de mirar el aire

y no ver nada, de imaginar lo que se queda

entre esas ramas veloces

que deja atrás el tren,


me siento a leer,

el libro cabecea conmigo

como si leyera el humo 

estrecho y largo del poema,

empieza así:  mi no llegada a la ciudad de N

se efectúa puntualmente,

tengo miedo de bajar al andén

y no hallar a nadie que me espere

y que se haga de noche y no haya luna

para contemplar de nuevo ese paisaje

que dejé atrás entre las ramas

veloces de mi sueño,


menos mal que al despertar

aún era de día.

jueves, 26 de agosto de 2021

Puro miedo

 


He de encontrar  la forma

de componer un buen disfraz para que pase

inadvertido mi temor, las cuerdas

del tendedero están repletas

de telas de colores vivos, el viento las agita

como banderas y me anima

a alistarme en esa lucha que pretende 

infundir valor para la huida,

sueño que vuelo uniformado

bajo una enseña de color, la escuadra

musical me identifica con un poder triunfante,

toco el cielo de la confianza y, de repente,

una nube oscura se interpone y todo vuelve

a temblar con el frío que el corazón cobarde

guarda en su interior como si fuera sangre

cuando en realidad es puro miedo.

miércoles, 25 de agosto de 2021

Arriado de bandera

 

Para qué tanta timidez,

te ocultaste

tras el tupido seto

y, confiada, te bajaste los pantis

sin sospechar siquiera

que yo había hecho lo mismo

y hube de presenciar irreverente

el insólito arriado de bandera.

martes, 24 de agosto de 2021

Q A M A

 


Aunque las arenas vuelvan

a multiplicarse y hagan

el milagro del oro, 

seguiremos siendo pobres,


aunque este sonido

de baqueta frotada nos recuerde 

la expectación circense del milagro,

continuaremos siendo incrédulos,


aunque aquella edad del color rojo

termine sin llegar a sangre 

como una arquitectura que se erige

en definitiva habitación, 

nos mantendremos siempre a la intemperie.


lunes, 23 de agosto de 2021

La sobrina del droguero


Así acabó por suceder como leyenda

lo que yo soñaba como un humo perfumado

por las resinas de la lumbre, aquella aparición

revestida de guatas, con botas altas y disfraz 

de piloto alemán de hazañas bélicas,

la sobrina del droguero llegaba en sidecar

desde un pueblo cercano, cada martes,

los lunes solía aparecer un ramillete 

de malvas en el alféizar de ladrillos árabes

y las estrellas acudían a mirar aunque las nubes 

se empeñaran en cerrar los ojos al misterio,

yo me preguntaba por el amarillo del tabaco

entre los dedos supersticiosamente protegidos

por una aureola casi médica 

que enguantaba las manos del droguero

y por la larguísima uña del meñique

con la que espantaba la ceniza del cigarrillo

al final de una boquilla de mujer, o por los ojos

de espejuelo de aquella especie de máscara de gas

con los que, decía, podía ver eclipses y pegasos

ardiendo en pleno vuelo,



aunque mi atención se dedicaba al vuelo

del guardapolvos de rayitas verdes y a las trenzas

con laca y reverberos de cobre que investían

de un aroma congregacional a la leyenda,

con su llegada amanecía

otra aurora de olores sometidos

al riguroso dominio del cristal, y desde allí eran vertidos

ceremoniosamente en los tarritos de las baldas,

paralizando el merodeo de los perros

y hasta los trinos de los pájaros se oían más lejanos,

era todo lo que podía suceder

frente al aburrimiento de los días 

en los que nada estaba diseñado para el juego

o todo juego se sofocaba en la rutina,

un ángel sin olor, el pelo de humo

como el que salía de los arabescos

de plata del incensario, la oculta rebeldía

contra el olor a establo que luchaba

por imponerse al aguarrás, o al pormayor 

de la creosota y del zotal,

y en esa segunda amanecida, la de la llegada,

antes del olor a gasolina y de la sombra de la moto

frente al portal, en esa pobre aurora brilla aún

como un eclipse visto con espejos

la sobrina intangible del droguero,

con su organdí carnal y femenino.

domingo, 22 de agosto de 2021

Un signo difícil

 


Este suele ser

un signo difícil que no siempre se interpreta

con propiedad, la tierra libera su vapor,

produce un blanco oráculo

que tú resumes o sometes en su integridad

a las mañanas estancadas de julio,

un tiempo lúcido traducido a rocío sin cuajar,

todo lo que emana es saludable

porque despierta aromas y produce el trino

de pájaros menores como un sabio

maná que nadie logra segar como cosecha

pero alegra la vida austera de la contemplación,


yo así lo contemplo 

desde el alto tejado

que navega quieto entre el estruendo

apaciguado de la niebla.

sábado, 21 de agosto de 2021

La hora tonta

 

Nos acercamos a la cristalera

del bar, en ella nos vimos reflejados

con expresión porcina, aunque en realidad mirábamos

a la camarera acuclillada en las labores de limpieza 

antes de la hora de apertura,

alguien

dibujó con el dedo una figura obscena

sobre el vaho de la respiración,

contamos los minutos

y antes de que el aire la borrase

sonó en la torre del ayuntamiento

la hora tonta, con su olor a pesebre fermentado

y nos pusimos en fila para entrar

aunque ninguno llevábamos dinero.

viernes, 20 de agosto de 2021

Entrega de trofeos


Después de tantos años de perplejidad

tu mano, tu lenta y revolucionaria mano

se ha colocado un guante blanco,

la otra se lo ajusta pronunciando

la depresión entre los dedos

para formar la uve de victoria,

hay un pañuelo alado que se quiere colar

aprovechando la agitación de las banderas

y el jadeo del ceremonial,

no hay sangre que ocultar ni deudas

de gratitud insatisfechas, todo

transcurre como río, todo

mudable y permanente

igual que las promesas, igual que las derrotas,

exactamente igual que la memoria.

jueves, 19 de agosto de 2021

Me cortaron los pies, pero construyeron la calzada



En el monte, cortando leña,

cuidando del ganado, escuchando

la brisa de los pájaros y manteniendo en alto

una manera de vivir,

desde el castro llega el ulular de un cuerno,

luego un humo de incendio deja el aire

cargado de presagios, las legiones

han superado las defensas

y han crucificado a los varones

capaces de empuñar las armas

y han cortado las manos o los pies

a los que podrían intentarlo,

pero han dejado entre los riscos 

una hermosa calzada defendida

de las inclemencias con losas de pizarra,

pórfido y esquisto, un regalo

para todos aquellos

que han perdido los pies por defenderse.



miércoles, 18 de agosto de 2021

Eso es todo



Nos asomamos 

a esas colinas de perfil oscuro

de los villorrios interiores

cuando la música desmiente

el recogimiento del paisaje,

 

en el local municipal sigue sonando

el country y en la iglesia

los ensayos del coro para cuando se alce el velo

de la carroza fúnebre,


todo el dolor ha de quedar

disimulado tras las gafas oscuras

y las palabras de estoicismo laico

que asoman como ratas asustadas

a la boca del predicador.

martes, 17 de agosto de 2021

Romería


El día cinco se celebró la romería,

ropa nueva y sudor y, arriba,

los vencejos desgarrando telas

antes de que las campanas

ocuparan su espacio y les obligaran a callar,

nadie se acordó del vermú ni puso

sobre las mesas la especiada oferta de encurtidos,

esa era la ofrenda que todos esperaban

sobre el ara de pizarra engalanada con guirnaldas,

hilos blancos de espuma, la cerveza 

recalentada y en la fuente

tábanos y avispas que ni siquiera dieron tregua

a la concurrida tropa de cofrades

vestidos de domingo,

(contra la fachada de la ermita

el pendón rojiverde resignado

a que nadie fuera capaz de tremolarlo

en la menguada procesión).

lunes, 16 de agosto de 2021

Festividad del silencio

 

El día de la fiesta

todos asistimos al sermón,

nos arrepentimos del silencio

tan vilmente profanado y nos turnamos

para subir al campanario

a voltear las campanas aturdidas

por el olor a pólvora 

y el estallido de cohetes de cámara compuesta,


poco importa que en el púlpito

se desgañite el cura recordando

el sagrado silencio al que debemos

rendir honor,

porque en el atrio de la iglesia

los aplausos y vítores no dejan oír

sus inspiradísimas palabras.


domingo, 15 de agosto de 2021

Una mirada de oro dulce

 

A quién va dirigida esa mirada de oro dulce

si la edad del oro ya pasó y nos dejó los ojos

en blanco, temblorosos de fiebre y ambición

como los pozos secos del desierto?


es la perfecta excusa

para devolverle al río sus arenas de oro,

y conceder permiso al sol para que vuelva

a brillar sobre las herramientas

que confundieron vida y muerte

y nos obligaron a masticar ese metal,


la pobreza nos honra con su hospitalidad

y regresa ahora la mirada antigua

ya liberada del fulgor amarillo y febril 

que nos convirtió en rumiantes 

en los pesebres del infierno.

sábado, 14 de agosto de 2021

En las noches de invierno

 


En las noches de invierno

me entretengo traduciendo a mi manera

los silbidos del viento,

no hay nada peor que la soledad llorada,

en una hora ha subido el precio de la luz,

ahí fuera los pájaros tiritan, nadie sabe

por qué sólo utilizan el calor del nido

para incubar,

todos los lobos pasan hambre

mientras tú y las ovejas

disponéis de forraje suficiente

hasta la primavera, 

luego el sol

volverá a poner las cosas en su sitio,

pero aún faltan horas para que amanezca.

viernes, 13 de agosto de 2021

Tras un día de fuego

 

Tras un día de fuego

me he quedado dormido bajo el porche,

la brisa del atardecer me ha llevado mar adentro

en el velero de alquiler, suenan las cuerdas

contra la aspereza del velamen 

y en la amura se escucha el golpeteo de las olas,


prohibido navegar despierto,

contar estrellas o quejarse 

de la andanada de calor

que propició esta aventura,

eso sí, podrás soñar que todo cabe

como un sueño dentro de otro sueño.

jueves, 12 de agosto de 2021

Gran silencio

 


En este pueblo

aún se escuchan pájaros,

no dicen nada nuevo

pero su lenguaje se interpone

entre el gran silencio de dios

y los ruidos menudos de los hombres.

miércoles, 11 de agosto de 2021

paredes, aunque sean de oro


Reunimos al atardecer

todo los pájaros sin árbol 

como si fueran pordioseros

y les pusimos una música

sedante para que ocuparan

sin sobresalto la penumbra

de nuestra compasión,

les ofrecimos luego

unos granos de alpiste

y un poquito de agua,

pero se negaron a probar bocado

y ni una nota

salió de su garganta musical

antes de regresar al aire. 

martes, 10 de agosto de 2021

cien veces cien

 


Repetiré esa música cien veces,

antes de que llegue el sueño,

mientras tanto las nubes seguirán hablando

de sus lejanas amistades con el guardián del sur,

de una punta a otra de la cárcel,


qué intenso y pegajoso es el grafito

de esta noche de agosto,

ya hace horas que llegó la orden

de apagar la luz y el tiempo tiembla

como gelatina oscura,


de fuera llega la música pautada de los grillos,

ellos no saben más, aunque se esfuerzan

y logran distraernos, 


en los barrotes poco importa de qué lado golpees,

suena siempre a cerrado, algunas veces

con rumor de aljibe, otras sólo a desesperanza,


nadie va a liberarnos, pero me consuela pensar

en la escala de cuerda que los grillos

han hecho llegar al ventanuco

para que por ella pueda descolgarme

y tener unas palabras con el celador.

lunes, 9 de agosto de 2021

He leído I

 


He leído:

Las Raíces del agua, de Mariano Cardo Azcona,  (CXLII Colección Melibea, Exmo. Ayuntamiento de Talavera de la Reina, 2021).

Un poeta cántabro, de corto recorrido editorial, aunque de voz segura y sorprendente que hace del amor por las palabras su principal tarea. Sabio e irónico, meditador, siempre al acecho de la fulguración repentina de algún doble sentido con que presentar de forma novedosa cualquier fórmula gastada por el uso.  Injustamente silenciado por la costumbre de nombrar sólo lo obvio o lo que da al interior del muro que defiende intereses particulares, aunque nada tengan que ver con la calidad o la novedad.

Se publica mucho, demasiado y se lee poco, demasiado poco. Y cuando se lee, no siempre se difunde la opinión sobre lo leído.

Opino que únicamente la excelencia debería llegar a la imprenta. No la repetición de esquemas, de sonidos o de fórmulas que no aportan novedad alguna y sí fatiga.

Aquí tenemos algo original en forma e intención, que no se anda por las ramas a la hora de sugerir, mostrar y hasta imponer rebeldías a nuestra sensibilidad adormilada.

En este juego de Tetris que es la poesía, cuando las piezas encajan sin forzar -como es el caso- te sientes bien contigo mismo y hasta con los demás, como si los cuatro elementos de la física se prestaran al juego de construir mundos paralelos.

Si no hubiera tanto ruido esta voz podría ser oída en todo el ámbito donde el idioma es considerado como el palo del zahorí para descubrir poetas subterráneos.

Lo recomiendo a buenos lectores de poesía. Sé que me lo agradecerán.

La obra a sido galardonada con el XXXVI Premio Joaquín Benito de Lucas, del Exmo. Ayuntamiento de Talavera de la Reina.

Como cosa ligera

 

Tan sensible a la luz como al volteo 

dominical de las campanas, tan amigo

del silencio que mira sin preguntar

como enemigo de la sabiduría compactada 

de las enciclopedias que no saben 

callar a tiempo,

de vez en cuando necesito

encomendar mi sueño a los desvelos

del despertador solar y darme

todavía en ayunas una vuelta

por la barandilla de las nubes, donde dicen 

que la ansiedad del vértigo termina

dando la mano al equilibrio

de las cosas ligeras.

domingo, 8 de agosto de 2021

Seres invisibles

 


He acudido

a la fiesta de disfraces que los dioses

ofrecen a los seres invisibles,

me vestí de ulises y me confundieron

con un mendigo con tendencia

a filosofar, penélope ni siquiera parpadeó y el perro

me marcó con su orina,

cuanta razón tenía

el porquero de agamenón, los héroes

deben morirse jóvenes tapando

su juventud con los harapos

de una leyenda perdurable.

sábado, 7 de agosto de 2021

Cómic

 

Qué diría tu cadáver conducido en alto por la multitud 

mientras baja con dificultad las escaleras sin barrer del metro?


recuerdas vagamente al pordiosero que sin citar a dios ni usar palabras 

pide unas monedas con que alargar la luz del día,


pero sólo ese trapecio irregular que flota sobre un río de manos 

tiene derecho a bocadillo en blanco, 


el cómic de tus días de gloria ha quedado reducido 

al manteo del entrenador que ha decidido fichar por el eterno rival, 


y oculta su traición tras el sudario

no demasiado limpio de su color original.

viernes, 6 de agosto de 2021

Lo que ha de ser

 


Ahora regresamos sabios

o pobres, que es lo mismo, y contemplamos

con desconfianza estos paisajes trasparentes, 

con esa luz mudéjar capaz de revelar misterios 

o dejarnos más ignorantes cada vez, cegados por exceso

o porque renunció la celosía a la diafanidad,

comenzamos por mirar pasmados

antes de sucumbir a la pregunta

respetuosa y cargada de vergüenza,

-de qué ha valido tanto exilio, si al final

la escuela quedó atrás, sumida en luminosa duda-, 

estas maneras de vivir, los labrantíos sin remedio

sometidos a estado fotográfico,

la ropa de faena que se niega a ser mostrada 

como una etnografía y las abarcas

que han avanzado más que aquellas botas 

de siete leguas de la imaginación,

cuanta tristeza en la mirada

lacustre de los bueyes frente al mugido

del mercadillo de los martes,


-aprendimos la lengua, no la traducción-,


o en el silencio de los viejos

que apenas ven porque sus ojos se quedaron

para seguir llevando de la mano

hasta un final de losa de pizarra

a sus anquises venerables,

ellos manejan con temblor tan firme

el bastón y el rosario, los llorados granos

de cereal semienterrado en frío y desconfianza

frente a la evangélica ilusión del cien por uno

que el fisco hace volar como a los pájaros,

qué afirmación haremos frente al agua

nosotros concebidos en secano y alumbrados

para cruzar a ciegas el desierto,

quién será capaz de interpretar

las baladas del aire en los crepúsculos de agosto,

los tañidos mojados, los maitines

de zorro y lobo revestidos

con la hojalata de la luna, quién,

o qué pie superior hará milagro sobre el vidrio

menestral del embalse, nuestras truchas 

de ayer embrutecidas entre estas dos orillas

tan traumáticamente separadas que acaso nunca

se vuelvan a mirar como vecinas.





jueves, 5 de agosto de 2021

Oficios que no se heredan

 

Se echan a un lado los recuerdos

cuando se citan los oficios

que heredaron de su progenitores

los ojos ofendidos de quienes desnudaron

de sus harapos al siglo dieciseis,

el de Shakespeare era carnicero dice Aubrey

citado por S. Heaney, mientras que M. O'Farrell

le imagina cortando guantes y midiendo

el poder de las manos,

él no se resignará a seguir pisando el barro

tantas veces pisado en el que nadie deja huella,

y mientras canta de falsete una letrilla

que nunca pasará a papel , -como los guantes

vacíos del verdugo nunca llegarán a sangre-, piensa en algo

que tampoco ocurrirá pero a nosotros

nos ha llegado como historia.


miércoles, 4 de agosto de 2021

Como lava fría



Ahora que nos alumbramos con el aire

enrarecido por la proximidad recuerdo

la respiración enferma del minero

al que la silicosis no alcanzó a convertir en escultura

de cartón barnizado, como a tantos otros,

se sigue hablando de él

pero el susurro vergonzante de la feligresía

intenta silenciar la furia de los arrecifes

que provocó el grisú al abrirse como volcán 

sobre las graveras vomitadas por la bocamina,

y del día después

sonando aún la herida silenciosa de las campanas 

que callaron para no profanar la romería 

de vino y mus en la taberna

donde se ofició el sentido funeral.


II


Cuanto esfuerzo costó a aquel hombre 

separar la ignorancia de la grava

que arrastró la corriente y aún arrastra

sobre la mirada ahumada de la gente,

él lo hacía con naturalidad, lo mismo que en la mina

con la antracita y el terrizo de ennegrecida entraña,

por las tardes acudía a la cantina

a aceitar las durezas de su alma caminera

dejándose llevar por el caudal del vino,

y antes de perderse bajo el puente

de su cansancio se agarraba con fuerza 

a los hierbajos de la orilla

y proclamaba el pobre catecismo

de sus añoranzas asturianas,

la revolución que el aire traía desde el mar

mezclada con galernas y promesas

de arenas claras, los granines de oro

que encandilaban a los pobres,


en esos trances se alcanzaba al dios

ancilar de los valles, se intercambiaba religión

por medicina y novelas de aventuras 

casi siempre auspiciadas por un druida

y algún bisonte prehistórico, de ellos

eran las reliquias que llevaba al cuello,

un molar amarillo y una vértebra

de marfil pulimentado por la devoción 

que le abrieron la puerta hacia una nueva vida.




martes, 3 de agosto de 2021

Verlas venir entre bambalinas

 

Ya hemos hablado de eso y seguirá siendo

tema frecuente de conversación:

las palabras abriendo como cuña

una presunta oscuridad, la escena muda

a la espera de la entrada del actor,

lees: luces, sonido lento y cruce

de cursivas veloces, voz en off

desde la concha iluminando en fosforito

lo que no ha de verse desde el patio

de butacas, unos ojos redondos

revoloteando como las polillas

en torno al halo de la lámpara

y al fondo, semihundido, un fantasma náufrago

que lleva bajo el brazo

la peripecia encuadernada del guión,

no hay estrellas

suficientes para este firmamento tan oscuro

ni coro que pronuncie acompasado

la estrofa gris que da a los héroes

un final infeliz, sin paliativos.

lunes, 2 de agosto de 2021

Algo de seducción

 


Cuánto hay de seducción 

y cuánto de memoria en ese

terciopelo del tiempo o en el esparto

de ese pubis rubio?


apenas un ligero parpadeo

que pudiera ser como un respingo

de sorprendida intimidad,

no la llamada soñadora

a  la oscuridad donde se esconde

la revelación de los secretos

que nunca son verdad pero nos hacen

inquilinos felices de la vida.

domingo, 1 de agosto de 2021

Lápidas del lado norte

 

No vendré a llorar aquí

vuestra ausencia presente, piedra viva

os guarda y certifica

con voluta esculpida los matices

innecesarios de una era

a todas luces caducada, y esa

misericordia amarillenta

del liquen no consigue

mitigar el dolor ennegrecido

que van dictando letra a letra 

los nombres, fechas o anagramas

de lo que intenta perdurar.