En el monte, cortando leña,
cuidando del ganado, escuchando
la brisa de los pájaros y manteniendo en alto
una manera de vivir,
desde el castro llega el ulular de un cuerno,
luego un humo de incendio deja el aire
cargado de presagios, las legiones
han superado las defensas
y han crucificado a los varones
capaces de empuñar las armas
y han cortado las manos o los pies
a los que podrían intentarlo,
pero han dejado entre los riscos
una hermosa calzada defendida
de las inclemencias con losas de pizarra,
pórfido y esquisto, un regalo
para todos aquellos
que han perdido los pies por defenderse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario