martes, 31 de agosto de 2021

Apolo contra marsias (primer set)

 

Cae la nieve, las encinas

que rodean al anfiteatro tienen

bellotas de oro y sus flores imitan a gusanos amarillos,

como los colores de su equipación,

cuando empieza a sonar el peloteo, toc-toc, los cuellos

se giran a ritmo de robot, cualquier interrupción

provoca una cataclismo en la mirada, aunque nunca el silencio

signifique ventaja, están tan igualados

como la tierra de la pista sin pisar aún,

en un descanso apolo se toca la entrepierna

sin disimulo y con hocico retador, 

no todo hay que dejarlo al inexorable ojo de halcón

que suele usar maneras celestiales para darse

la razón a sí mismo y a destiempo,


desde el fondo de pista es imposible

superar la red del monte fuji, se lee a duras penas

en los labios del equipo técnico, usa el revés

como una piel inversa, la que ha de darte a conocer,

la armonía mejor es la del viento,

todo esto traducido 

de entre las estadísticas que anuncian

lo que debe ocurrir salvo desastre.

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