A quién va dirigida esa mirada de oro dulce
si la edad del oro ya pasó y nos dejó los ojos
en blanco, temblorosos de fiebre y ambición
como los pozos secos del desierto?
es la perfecta excusa
para devolverle al río sus arenas de oro,
y conceder permiso al sol para que vuelva
a brillar sobre las herramientas
que confundieron vida y muerte
y nos obligaron a masticar ese metal,
la pobreza nos honra con su hospitalidad
y regresa ahora la mirada antigua
ya liberada del fulgor amarillo y febril
que nos convirtió en rumiantes
en los pesebres del infierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario