Se echan a un lado los recuerdos
cuando se citan los oficios
que heredaron de su progenitores
los ojos ofendidos de quienes desnudaron
de sus harapos al siglo dieciseis,
el de Shakespeare era carnicero dice Aubrey
citado por S. Heaney, mientras que M. O'Farrell
le imagina cortando guantes y midiendo
el poder de las manos,
él no se resignará a seguir pisando el barro
tantas veces pisado en el que nadie deja huella,
y mientras canta de falsete una letrilla
que nunca pasará a papel , -como los guantes
vacíos del verdugo nunca llegarán a sangre-, piensa en algo
que tampoco ocurrirá pero a nosotros
nos ha llegado como historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario