martes, 22 de enero de 2019
El dedo que señala burlón
Sobre la montaña
levantada a sí misma, nieve, ese azul
que se pone el mono de trabajo
azul también, aunque distinto,
de la monumentalidad a pie de obra.
En ese entorno eres
una distorsión a la templanza
de la masa erigida como ara
de sacrificio al dios lejano
de las estaciones, -toma ya-,
tienes ese punto impertinente
de la basura abandonada entre hierbajos,
tu ropa de color suena a disparo
en el silencio casto del rigor feudal
y puede echar por tierra
el esfuerzo de siglos de clasicidad
y de barroco doctrinario.
Mejor, quédate en casa.
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