jueves, 31 de enero de 2019

La música que mulle el algodón


                                              A esas aves menores que se pierden


Cada mañana
vuelven a estar ahí, sin decir nada,
y qué habrían de decirme 
si no compartimos ni el idioma,
ni la sal, ni la estrategia, ni las emociones,

ellas se afanan
en la orfebrería de un lenguaje
hecho de hojas y de ramas, a su manera 
cumplen el principio de oportunidad, 
dada una causa, este es el efecto,
defendiéndose igual en otras artes
sabiamente inútiles como, por ejemplo,
la de poblar de un gris vibrante
un mundo frío de colores puros.

Yo no hablo con ellas, pero dejo
mis miguitas de pan para que sepan
mi elemental abecedario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario