viernes, 25 de enero de 2019
Código de barras
Escojo la paciencia del gorrión,
el jilguero se encela por el canto
y por los colores puros enfrentados
a la grisura del reclamo,
dice
en dos palabras que lo quiere todo,
que lo tiene todo controlado,
la música y la letra, la estrategia,
y de repente, zas, la liga recechando
los granitos de alpiste, la mordaza
de alambre con un triste
bebedero de plástico, una puerta
que no tiene salida y unas ganas
irrefrenables de cantar. El llanto.
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