He retirado con temor
ese ramo de flores que alguien
olvidó en el jarrón,
el agua había dejado
una cenefa oscura pegada a la cerámica
igual que un epitafio de otro tiempo,
aún me queda en las manos
el crujido de seda de los pétalos
disecados por el abandono,
nada de color o aroma
les acompañó cuando cayeron
en la zanja de compost del jardín
donde esperan iniciar la nueva vida.
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