domingo, 23 de febrero de 2020

La segunda lectura




Abro el libro
y en voz alta leo la oración anónima,

suplico un tiempo muerto
para alcanzar la vida, dice
mi miedo su plegaria y todo
se arrodilla a mi lado, dioses,
almas, tentaciones de cera, moldes 
que reproducen la presión
de las manos crispadas
en torno a los ropones escultóricos
de algún dios encumbrado,

qué hay de comer, pregunto,
y todo el cargamento de manzanas
del gran árbol de hierro
cae sobre mi,

y sin embargo muero de hambre.

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