sábado, 16 de abril de 2022

Introducción para una mística

 

Mirad a este rincón donde se guardan

los ecos de palabras nunca usadas,

la cocina del verbo con su toxicidad

y la amenaza permanente de los miedos personales,

todo suena aquí

a teatro leído por actores sin caracterizar, 

a vestuario anticuado para monstruos,

es la pausa que anuncia la levitación

donde entre hipos se comprueban 

las desnudeces hilvanadas a la piel 

por hilillos dorados de sutura

que ni cosen ni visten, pero ayudan

a sostener con enternecedora contumacia

una arquitectura del dolor

entre andamiajes de anestesia.


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