Dar la vuelta al mundo
para escribirte una postal desde ese acento
extranjero que te hace sonreír, lo imito
poniendo un sello de unos céntimos
con la imagen de un dingo, por poco más
podría ser un diablo de Tasmania
o el pecado más original de la ornitología:
la bola rubia de un kiwi de tres patas,
te contaría cosas boca arriba en una playa virgen,
minucias de esta fauna que procede
de amaneceres desprendidos de un cometa,
presumo de dormir mientras vosotros despertáis
y doy cuerda al reloj de verano para que alcance sin esfuerzo
vuestro invierno boreal que a todas luces
viene con retraso,
la fecha la he tomado de un periódico local,
no quiero que te inquietes si no llego
a tiempo a tu cumpleaños,
ya ves, no me he olvidado, aunque temo
que los desfases de estación
terminen agostando el frescor de las violetas
que he imaginado para ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario