lunes, 4 de diciembre de 2017

Manual de instrucciones

Pudiera ser que sólo fuera
un manual de instrucciones, un remedio
contra la enfermedad de los espejos.

La balanza no sabe en qué consiste
el perfecto equilibrio y necesita
sopesar la acusada diferencia
entre lo que solemos llamar vicio
-cegados por un resto perezoso
de egoísmo simplista- y acabamos
usando como fórmula virtuosa.

Son palabras del aire, refraneros
subidos al columpio de internet
por voces virginales que pronuncian
con el mismo decoro una blasfemia
que un himno antifonal del gregoriano.

Lo poco que sabemos de la vida
lo resume el prospecto que nos habla
de efectos secundarios y de nubes 
incapaces de lluvia, pero nunca
define con rigor el lado enfermo
al que debe curar la medicina.

Sabio el espejo -astuto más que sabio-
al doblar realidades contrapuestas
nacidas de una sola realidad.

Dulce o amargo, transparente o ciego
el mal vive en nosotros como un hongo
cultivado al calor de la esperanza
que suele confundirse con la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario