Una flor robada
en un país lejano, todo
su color se manifiesta
en una escala fría, ni oro,
ni fuego o sangre, nada
de pasión o perfume, apenas
el terciopelo de un amor
prisionero entre cristales.
Esa
arrebatada flor de un cielo
austral, cautiva
de un tiempo forastero llora
sin traducción posible
su desaliento y nadie
podrá saber en qué reíces
se amamantan sus sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario