sábado, 11 de marzo de 2017

saludo

Discurrir por el cauce para evitar las avenidas, pero huyendo del encauzamiento, no destrozar a nuestro paso y ver con simpatía crítica lo que construyen los demás. En eso podría resumirse la
actitud sabiamente dudosa de quien se conforma con el espectáculo del mundo, tal como lo expresa
el lúcido y socarrón sofisma de Saramago, citando a Pessoa.
Dedico mis ocios a escribir y a leer. Me divierte y me consuela, porque de ello no obtengo ningún provecho palpable, lo cual me ayuda a sentirme limpio de ambición en la construcción de mi personal cosmogonía.
Amanece el primer día.

El cielo está detrás
de cada cosa
como tic paisajístico,
detrás y por encima
de la ilusión del horizonte, sube
en su carroza a dios, esconde
su verdadera condición
como pactando con él un breve engaño:
de aquí al final del tiempo iluminado
todo relumbra, cumplidor, tan dócil
en su papel de farsa noble, siempre
dispuesto a reflejar esa parodia
que algunos llaman creación.


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