viernes, 31 de marzo de 2017

Miedo al misterio

Debes volver atrás, no regresar, volver con la mirada y apurar el sentido de los paralelismos. Los ojos no deciden lo que ven, tú debes decidir en qué miradas hay reflejos de lo anterior, las dos orillas de lo paralelo, el molde y el modelo, el pensamiento y el deseo, el sueño y la vigilia. La balanza o el péndulo que sólo aspiran a acercarse a lo real sin suplantarlo ni cubrirlo con ropajes de teatro. Debes pensar en ello o dejar que esa idea se pasee por tus dominios sin ningún impedimento. Nada de preguntas, y miradas las justas para que todos sus perfiles se te abran sin violencia: por qué esa población tan abundante viniendo a ti que amas sobre todo la soledad, por qué esa construcción tan racional  enfrentada a tus maneras impulsivas, lo estable haciéndole de espejo al nómada, dando una réplica imposible al furtivismo como único recurso.
Y también, por qué no, un pensamiento para el hormiguero, la tormenta, las espada. Qué es eso que queda ahí, o qué pretende ¿es un mensaje, una burla a la contrición de los pusilánimes, un cómic tridimensional para divertimento de poderosos sin ocupación?
A veces, cuando paso por allí y vuelvo la vista, me entran ganas de reír, pero acabo furioso por los cuitados que tiemblan de miedo y huyen de espaldas para no despertar las iras de misterio.

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