Ser uno más, pero que nunca
se funda tu perfil con el del aire.
Que al pasar no provoques la mirada
consciente de otros ojos, sólo el cálido
y apacible reflujo de tu estela.
Dedicarse
a saberlo todo de uno mismo.
Saber de los demás no te hará sabio
pues la sabiduría y la ignorancia
son una misma cosa reflejada
en la irrealidad de los espejos,
un sofisma
que pone del revés lo que fue escrito
para que se leyera de derecho.
Y siempre conceder a las preguntas
el beneficio de la duda, aunque te lleguen
certificadas las respuestas.
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