sábado, 18 de noviembre de 2017

Erosión en marcha

...  Y así dioses y diablos, imitando
el vaivén de las olas, nos inducen
al feroz espejismo de la fe
que inundará de sal nuestras heridas.

Nos dejan entrever cielo o infierno
a través de los ojos mercenarios
de alguna cerradura,
nos dan alas de seda, ese artilugio
tan angelical como diabólico
capaz de hacer creerse mariposa
a quien sigue en estado de crisálida,
y con ese disfraz nos atevemos
a afrontar la ordalía de la llama.

Cualquier mitología se reduce
al magma primordial, donde la nada,
al enfriarse, adopta alguna forma
erosionada de divinidad.



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