Ve a mirar sobre el agua,
allí, entre las ramas de los sauces,
invócale, que quiera regresar y pueda
en contra del rumor de la corriente,
si acaso le hablas -el susurro puede convencer-
usa palabras solubles en un líquido neutral,
ella no pudo conocer el miedo, su abandono
lo produjo la desesperación, quedar tan sola,
una cortina roja
se empeñaba en camuflar la sangre
que aún goteaba de la espada,
enfrente el jubileo de la razón y el agua entre nenúfares,
los ojos más abiertos que esa flores
que parecen mirar y no ven nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario