el caso de ella
Reconocer, re co no cer,
le cae encima lo mismo que una sombra
el vestido talar de los oficios,
aún no se ha filtrado el sol por el cristal
y la última espuma de ese sueño tan pesado
que le persigue con tosecilla cómplice
da por sentado que su cerebro duerme aún,
aunque su pelo suelto se comporta con desdén de peluquín,
se posa sobre sus hombros y le obliga
a mantener alta la frente,
aún es pronto para emprender camino,
cuesta alzar el pie y entrar
en el interior de los espejos,
ella no reconoce, c r e e,
porque la fe cuesta muy poco,
lo da todo por hecho sin hacerse
las molestas preguntas con que suele
descorchar la corteza de los días,
y si probaras a reemplazarlo todo por memoria
desde un álbum de fotos?
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