martes, 28 de noviembre de 2023

Vino el albañil que aplica el yeso y pareció enjalbegar la casa de albayalde, luego llegaron los agitadores del barroco urbano y embrutecieron la pared con arrebatos conceptuales; le temen al color los grafiteros, por eso lo liberan sin investigar en sus orígenes de tierra rara o en sus conexiones con la efusión de sangre; esto dará lugar a que antes o después se produzca el incendio y lo único que quede del esfuerzo sea la confusión de la ceniza

 




Vuelvo a pintarte, te pareces

a un crucificado horizontal, los brazos

invocando a los pájaros, arriba está la luz

en el columpio de la claraboya,

el cielo a pesar de todo permanece activo,

levanta la persiana y facilita el paso de la claridad

para que se empareje con algún color,

cuando ya está madura se desprende

sobre el paisaje austero de detrás,

renunciaré a ponerle perspectiva a tu meditación,

lo plano siempre tuvo un aire de familia con el papel en blanco,

y aspira a parecerse a la verdad igual que el aura de los mártires,

esos carbones encendidos donde vive la redondez del alma,

para ellos guardo la cortina casta del pan de oro,

tan elemental y tan propicia al arrebato místico 

con el que termina tu sesión matutina de posado.

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