domingo, 31 de diciembre de 2023

Llegará este mal año más que allá de la frontera de diciembre, será esta realidad más duradera que lo que asegura la estadística, completará su ciclo esta mutación que estuvo en pausa y ahora parece acelerarse, o tomaremos la cicuta como Sócrates para no asistir a la llegada de males aún mayores?

 




No estaría mal que ahora

volviéramos la espalda y camináramos despacio

hacia la telaraña del pasado,

qué más da? el vuelo de la campana del reloj,

las uvas, el veneno dorado del champán

para desear un tétrico desierto y malestar climatológico?

o brindar a ciegas y pronunciar por lo bajini

un maleficio abierto a actualizaciones digitales

con una pizca de estupidez artificial,

-la otra ya vive con nosotros-,

algo siniestro como el afán del corazón, el lado izquierdo

cambiado de lugar, lanzado al mar

en busca de argumentos para continuar viviendo,

yo dejo mis sandalias en la playa,

caminaré sobre las olas

y al llegar a la otra orilla del Mediterráneo

romperé el candado de la aduana

antes de caer agujereado por un millón de balas,

qué despilfarro militar para un solitario desplazado.


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