martes, 5 de diciembre de 2023

Todo cansancio necesita un respiro, mirar por la ventana a través de un cristal velado por el polvo, qué carretera, santo dios, qué pueblos sin bautizar aún desde los tiempos de los moros, lo único bueno es este camino entre cipreses, su cristianidad fuera de duda y el sacramental silencio del cementerio, que ni los pájaros perturban; bien vendrá para dormir un rato antes de reemprender el viaje

 



                  "Están dudando los cipreses si moverse, 

                   como si pudieran subir la cuesta sólo con quererlo".   (Ch. Tomlinson)


Santa Cruz de Mudela, un barbecho de asfalto 

donde la pausa siempre tiene prisa,

para acompañar su nombre

alguien compuso una canción tonal y afónica

como el gregoriano de difuntos que arrastra el pueblo

cuando desguaza un funeral, 

si te acercas con mirada de arriero lo verás todo plano,

sin embargo aquí cualquier colina es un Kilimanjaro tumbado en el paisaje

que podría servir a don Quijote para purgar su penitencia

antes de regresar al cementerio de la rutina cotidiana,

tal vez haya llegado ese momento, los cipreses

se atreven a cruzar el cenagal de asfalto y cuando el sol gotea sangre

se apaciguan contando ovejas de metal,

luchan contra el embrujo digital de los molinos

y entran en liza en los realithy

con algún descendiente de Sansón Carrasco.

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