"Están dudando los cipreses si moverse,
como si pudieran subir la cuesta sólo con quererlo". (Ch. Tomlinson)
Santa Cruz de Mudela, un barbecho de asfalto
donde la pausa siempre tiene prisa,
para acompañar su nombre
alguien compuso una canción tonal y afónica
como el gregoriano de difuntos que arrastra el pueblo
cuando desguaza un funeral,
si te acercas con mirada de arriero lo verás todo plano,
sin embargo aquí cualquier colina es un Kilimanjaro tumbado en el paisaje
que podría servir a don Quijote para purgar su penitencia
antes de regresar al cementerio de la rutina cotidiana,
tal vez haya llegado ese momento, los cipreses
se atreven a cruzar el cenagal de asfalto y cuando el sol gotea sangre
se apaciguan contando ovejas de metal,
luchan contra el embrujo digital de los molinos
y entran en liza en los realithy
con algún descendiente de Sansón Carrasco.
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