viernes, 8 de diciembre de 2023

En el mercadillo descolgó una prenda para nieve; voy a probármela, anunció, y se metió dentro como en un engaño amniótico; pero se olvidó de cerrar la cremallera y el frío se coló también, llenando de gusanitos blancos los rincones; parecía nieve o el polvillo de un final de fiesta en pleno invierno; quiso volver y devolver el traje, pero el mercadillo había levantado el vuelo y se desplazaba en caravana por la pista rugosa del glaciar

 




Alto y claro,

allá arriba se ve algo como nieve,

una sensación de olor que a nada huele

pero prepara ambiente, se dice va a nevar

y el aire te responde con gotitas de agua inconvenientemente cálidas,

o si pronosticas lluvia sólo pájaros arrecian como vendaval

y mojan con su rumor el aire,

hoy me limitaré a mirar, sólo mirar, sin pronóstico ni apuesta,

haré como que todo corresponde a cálculo,

ajustaré las sumas que llenan mi almacén de granos positivos

mirando la despensa como el rico Epulón de la leyenda,

y no daré ni un paso para apagar el hambre

de la insaciable chimenea,

luego vendrán los perros a lamer mis dedos

inflados de candentes sabañones.

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