martes, 17 de octubre de 2023

Quedó sobre la mesa el sobre blanco, no tenía escrita dirección ni nombre alguno, tan sólo unos dibujos en los ángulos que parecían pájaros de aliño, el signo iconográfico de otra edad en la que las aves se aceptaban como necesarias mensajeras entre este lado y el de más allá; ellas conocían el destinatario

 




Queda un dolor,

la huella dúctil en la cera de lo que tuvo vida

has presionado ahí,

se percibe una rápida respuesta, todo amontonado

en ese punto de la piel, el lunar salpicado que recuerda

un verano libre

y el ardor del desnudo junto al agua, 

éramos guerreros imprudentes que se despojaban de las armas

para sentir el riesgo en la epidermis,

ese es el dolor que vuelve ahora no como sensación

sino como memoria, 

bajas esa escalera como quien se acerca

con audacia a las olas, aún reconociendo

que no sabe nadar.

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