miércoles, 11 de octubre de 2023

Caído así podría parecer un súcubo de tetas grandes al que ha crecido una raíz donde debiera estar la cola, o si se mira desde abajo un íncubo flotante que puede usar sus atributos como trípode para que su peso no fatigue a quien con miedo le soporta; en cualquier caso es algo multiforme, adaptativo, capaz de someterse a una apariencia con tal de no mostrar su verdadero ser

 





He salido a recoger

manzanitas silvestres, haré un collar con ellas

y lo colgaré a la puerta

para festejar esta cuaresma pagana del otoño,

el corazón del bosque sueña amargo, usa

la pequeñez para asustarnos 

con el ácido cortante de esa abreviatura de manzana, 

nos mostrará el rencor de su tamaño, su imperfección elaborada

con maleficios que alteraron la meteorología,

como una maldición, como un remedo teatral

de aquel desaforado simbolismo de la manzana de Eva

del que sólo nos queda la oscura prohibición de comer algo

que nos pudiera abrir los ojos

a placeres futuros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario