miércoles, 4 de octubre de 2023

No quiso Homero completar el círculo de sus misterios o acaso le faltaron fuerzas para redondear sin el aporte de los ojos tanta humanidad momificada entre las vendas perfumadas de la mitología; su mirada interior se volvió negra con los años y ya no alcanzó a diferenciar lo malo de lo oscuro, lo sanguinario de lo crepuscular y se dejó llevar por la pereza

 





En mi paseo por el monte

encontré un pañuelo prendido como flor en un espino albar,

quien lo perdió sin duda lo estará llorando, 

en él está estampado el cosmos,

un naif remoto cargado de color azul

dibuja un escenario donde los astros se eternizan

contemplando el tiempo perezoso,

el sol con la sonrisa helada por la perplejidad,

la luna y los planetas protagonizando una comedia bufa,

son malos actores que se miran demasiado a si mismos,

en la periferia de los ángulos 

dos o tres galaxias metamorfoseadas como canes,

osos o carneros de muy dudosa identidad 

maltratan las entrañas de la mitología,

mirándolo me siento bien, 

vuelvo a tener a mano el mundo asilvestrado

y lo conservo en un rincón a salvo de miradas indiscretas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario