viernes, 27 de octubre de 2023

Siempre pensó que en el color había trampa, se miraba las venas de un abultado tono azul, pero al sangrar siempre asomaba una lombriz con alma roja, de inteligencia perezosa aunque certera y eficaz; a veces se sentaba con el otro en el pretil del puente, ya arruinado y sin ojos, -hasta el río había desertado del lugar-, miraban al vacío y les llegaba el aroma caliente del infierno, apenas unos metros más abajo

 




Ya no discuten, sus miradas

se dirigen a un punto en el futuro,

el azul es otra cosa frente al rojo, 

no es rendición, ni pausa, es sólo

voluntad de autoafirmación,

volar sin viento,

todo lo que queda atrás es una estela, dice Heráclito, 

lo lejos está cerca si no te paras a pensar,

andar pensando, 

avanzas más con los pies que con el pensamiento

y sabes que la verdad es agua entre los dedos,

en la oscuridad se aprecia más el peso de la guerra,

el cielo azul se encalabrina y acaba tiñéndose de rojo, 

luego estalla como una maldición 

y algunos se difuminan en la nada, 

igual que el agua

que nunca se detiene y siempre acaba

perdiéndose en el mar, que es el morir

o la morada de los sueños.

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