viernes, 23 de febrero de 2024

Al parecer a Plinio el viejo le sorprendió el volcán cuando despertaba de su siesta, su cuaderno de notas quedó debajo de él convertido en una indiferente piedra pómez que nada reveló de lo anotado a toda prisa antes de la iluminación final, esa que suele burlarse de nosotros dejando al descubierto el inconfesable objeto de nuestras obsesiones

 



A proyecta su sombra en la pared,

el alma negra de su inocencia maliciosa,

B es una llama que combate esa sombra con su luz,

las dos son ráfagas de tiza, grafiti de muy corta duración

que colonizan tapias y murallas en los arrabales de la historia,

y sin embargo duran, las semillas

de su tenacidad se reproducen como flores 

de una estación perpetua que no atiende

al canon rotativo de la primavera,

obtienen su alimento de la reserva de Perséfone, 

ese nivel freático intermedio entre la trasparencia

del agua subterránea y el rojo sangre de las amapolas.



Zona B:

Paraos a pensar, vecinos de Palestina e Israel, pensemos todos juntos: ¿quién escribirá la historia de ese enfrentamiento?, ¿servirá de algo el escribirla?, ¿habrá un final pacífico que nos permita compartir el sol y el aire? Si no fuera así ¿para qué sirve la guerra y quién saca de ella beneficio?





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