Por la mañana
vino el humo de la chimenea a saludarme,
los pájaros se unieron al saludo, el viento se paró
y la veleta quedó apuntando hacia el oeste,
qué poca luz, pensaba yo, para estos días de febrero
sin nubes, sólo el frío
mantiene la apariencia de esta estación desdibujada,
no estoy de humor le dije al humo, a la veleta y a los pájaros,
mis ojos lagrimean y mis manos
necesitan un sol mayor, y acaso una batuta
como si fueran
las de un adusto director de orquesta.
Zona B:
Con Barenboim, que hace surgir las armonías entre seres humanos a los que los gobiernos envenenan con su ambición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario