sábado, 17 de febrero de 2024

Los pasos en el bosque de las hayas suenan con ecos de catedral, se ven las diagonales del incienso que las hojas levantan al pudrirse y un regocijo de gusanos se adivina debajo, muy muy cerca de los calores fermentados por la leyenda del infierno, pero vendrá algún druida con un manojo de mandrágora y aspergeará a los trasgos, ángeles y demonios para tener la fiesta en paz

 




Vuelvo aquí ramoneando

como las cabras dulces que costean

los acantilados de mi sueño, subo

a su nivel y observo entre las brumas bajas

que las flores de mayo han regresado

de la mano sutil de la memoria,

me acompaña también el sabio gesto

de un mastín de granito que atesora

siglos de vigilancia en torno al humo

que dejan los rebaños cuando el fuego

del lobo se reaviva con la brisa del hambre,

suena el caramillo de un pastor y el alma

se serena y viste esa zamarra

de rocío temprano y luz no usada

que dejara fray Luis en homenaje

al silencio sonoro de Salinas.



Zona B:

Ellos ponen la fuerza de las armas, Putin, Netanyahu y los demás; nosotros pondremos nuestra sangre, ya que nuestra voz se queda en nada ante el estruendo de las bombas.

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