Ahora todo es verde,
todo empuja al envoltorio de la corrección,
un pañito de croché planchado a la manera antigua
para tapar miserias,
la botella verde ha regresado
tras el empuje vertical de una estrategia
que todo lo convierte en oro, -hasta el oro viste ya de verde-,
llega él con la botella disimulada en una bolsa de papel
en la que incluso cabe el sol y todo el sueño
de los anocheceres solitarios,
en esta casa de cartón hay hornacinas
para que brille el fuego de Dioniso y un bote con narcisos
rescatados del muladar de la inocencia,
se ha apagado la luz y Pepe Hierro
se toma su segundo burbon y empieza a tiritar pensando
en el verdor enfermo de Cantabria.
Zona B:
Palestinos: un latido y enseguida estoy con vosotros, aunque me doy cuanta de que sigo estando lejos, mucho más lejos de lo que creía; ponen muy difícil llegar hasta vosotros y a vosotros no os dejan ni asomar.
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