sábado, 24 de febrero de 2024

Todo lo que allí se muestra es paraíso, lo fugaz, lo eterno, lo que se retarda y parece no querer llegar, lo que se cuela precipitadamente, lo que ni sabe que ha llegado y lo pregunta ¿es aquí? y se queda en el rincón esperando a que el acomodador le asigne sitio, lo que trasmite el altavoz y el hilo musical y el tufo a incienso que hace gotear abiertamente la nariz de los viejos aquejados de alergia hacia sí mismos

 




Apenas ese vaho del olvido,

unas gotas de aerosol en el cristal de la memoria

cuando el poderoso barco revestido de frac y oro discreto

dejó escapar su bramido de cetáceo

y un chirriar de cadenas dejó el ancla arrizada,

los abanicos se alejaron aleteando con un flap flap de terciopelo

y el cielo se rasgó las vestiduras

para dejar al sol un hueco por el que mirar,

ni las gaviotas quisieron despedirse,

todo se quedó con el desorden apacible del alzhéimer

mirando desde el puerto cómo las olas acosaban

con suaves lengüeteos el lado de babor donde se dice

suele alojarse el corazón.



Zona B:

Al final Israel ha decidido proclamarlo en alto: la tierra es nuestra, el aire, el agua y hasta los huesos que reposan bajo siglos de olvido, nos quedamos con todo, pero os dejaremos trabajar para nosotros, con derecho a pan y sal.

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