viernes, 24 de abril de 2020
De un beato que de noche me visita
Estas maneras usa
el sueño para hablar conmigo:
se arrodilla un fervor frente a la botella
-ay, cáliz inconsciente-,
y con parsimonia va rezando sus penas
como granos de anís que se deslizan
entre los dedos,
yo me despojo de la indumentaria medieval
y la epidemia se comporta
como nube de pulgas
que hace caminar la ropa
lejos de mi lacerado cuerpo,
después se incendia
el códice con salvajes minios,
oros y rigor de lapislázuli, para
anunciar que el fin no llega a tiempo.
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