La cuenca norte
Quedó como recurso
estacional aquella
amistad adornada de carámbanos,
el frío estaba siempre
avizor y de las manos
moradas por los sabañones
llegaba el beneficio imaginario
de un saludo adornado de calor,
pero era tan lejana
la asociación de forma y nombre
que cuando el viento
del norte se plantaba
a la puerta siempre había
que preguntar quién llama,
porque no recordábamos su voz.
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