martes, 9 de abril de 2024

Pensativo y suspicaz, rodeado de la espesa luz de los crepúsculos aún inmaduros o demasiado dulces; qué lata abanicar el tedio con una nube de mosquitos que ni siquiera tratan de picarle, él no tiene sangre, sólo eternidad que mana sin parar de su interior como un fluido al que hubieran pasado por mil filtros

 



Debajo de esa piel hay algo

a lo que ni yo mismo pude acceder para ponerle un nombre,

pensé en ardor y, aunque la llama no le favorezca,

algo de fuego vive en él, lo intenté con distancia

y él se alejó de mí como abismándose en su instintiva soledad,

luego ideé una fórmula equidistante o neutra o transversal,

el punto en que la recta ablanda su frialdad de lanza

y se deja invadir por calenturas hasta doblarse en curva

y convertirse en elipse ovalada, circunferencia o aura

de dudoso sentido iconográfico, pero todo 

permaneció en silencio, su piel nunca llegó a tocar mi piel

ni nuestros ojos coincidieron a pesar del esfuerzo postural

y del deseo de encontrar una mirada complaciente

que diera algún sentido a todo el Génesis.



Zona B:

¿Qué haréis después, cuando os hayáis quedado sin vecinos, cuando toda la tierra yerma sea vuestra, sin ley que os obligue o con leyes repetidamente transgredidas? ¿haréis un sacrificio a vuestro dios con algún animal-humano que haya quedado enredado entre las zarzas? 



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