Frutos tardíos
La vacada deja
un temblor en la tarde, quedan
temblando las esquilas, tiemblan
los abedules y los álamos,
que nadie borre esa caricia
del aire quedo ni el recuerdo
del humo, sólo
porque alguien ha quemado
mi casa y me ha dejado
como regalo la intemperie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario