Fiera entrega
tras forcejear hasta el agotamiento,
todo lo grande fue menor y hasta invisible
como el grano de lino o de mostaza,
una gota resumen, y la enfermedad encima
como un parásito que gruñe, no queda nada entero,
apenas las astillas que va dejando el hacha,
del candor inicial estas palabras
que pronunció una voz llena de música:
duerme aquí, grandullón, entre la lana de mi pensamiento,
ni la oscuridad ni la polilla harán posada en ti,
yo siempre vendré a regar esa maceta
que crece en el alféizar de la ventana que da al sur.
Zona B:
No todas las piedras que encontrarás en el camino son una invitación a lapidar a tu contrario, alguna ha de servir para afianzar los fundamentos de una casa común donde vivir en paz.
(de un rollo que el futuro encontrará entre las ruinas de la desolación)