Llora el niño,
no sabe que está solo porque nunca
ha llegado a saborear la soledad,
es llanto puro, como torrente de montaña nacido del deshielo,
y de su urgencia surge ese lenguaje sincopado
de la temporalidad que intenta valorar cada momento
de permanencia entre barrotes como una larga víspera
que aún le separa de la libertad en compañía.
Zona B:
Hoy se cocerán al sol en las terrazas de Tel Aviv muchos hebreos conocedores de la muerte por hambre y sed de miles de palestinos, mientras se toman algo para endulzar el amargor de la memoria.
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