A dónde va el último eco
Él estuvo allí, redujo
su mirada a un aleteo
de luz convulsa y los objetos
se le volvieron familiares
en la oscuridad.
Todo ardió y quedó un resumen
a la cera perdida, como
un emblema residual.
Ahora
sus palabras son chispas
que pueden deslumbrar nuestras pupilas.
Pero seguimos
sin entender lo que nos dice.
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