Reactivo para místicos
Borrado del grafito acusador
ya nada te señala como
centro del dibujo,
te has transformado de repente
en polvareda mística
que alguien succiona desde arriba,
importa poco
la ceniza volada o el trueno
que rueda dentro y sólo
te habla el alambre tenso
sobre el que debes levitar,
píntanos ahora
el terror parado de tu mente:
qué viste que te dejó el alma de piedra,
(sólo queda la estopa cerebral
que antes manaba por sus cuatro caños).
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