miércoles, 6 de marzo de 2019

Las manos vienen ya con agujeros





Ahora está llegando sin disfraz apenas
ese clavo con óxido y babilla de orín
se clavará despacio en el aire primero
después en la pantalla y luego
quedará alojado en la parte blanda
de tu familiar cartílago en ese
terreno sinovial de la bisagra
inteligente que pesa los conceptos
vigilando de reojo la deriva 
del fiel entre el platillo 
de la derecha y el de la izquierda nunca
el centro importó mucho porque en él
se instaló siempre la nada como
nebulosa de magníficos modales 
y esmerada educación 

lo que de verdad inclina es el empuje
doloroso del clavo a martillazos
doblegando posturas y dictando
leyes tan elementales que a cualquiera
de nosotros nos harían temblar

aunque vengan marcadas por el óxido.

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