lunes, 25 de junio de 2018

Escrito a lápiz



Jugaban a la guerra
que es acaso la forma más benigna
de jugar a la paz, el fingimiento ocupa
la realidad de su contrario.

Hacerse  el muerto,
crispar los dedos como un arma
de voz acusadora, -pum, pum- y luego,
la metralla
de los sonidos bélicos dejando
un reguero de muertos palpitantes 
de muda excitación, hasta que el lider
más madrugador hace balance
y declara quién es el derrotado.

Guárdate alguna bala en el bolsillo
porque en la paz que llega
después de sofocado el juego
es donde son más necesarias.

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