Hablando con piedras
Mira esa ruina,
en los años dorados hierro y piedra
alzaron ese ardor monumental,
su alianza hizo perennes estos flecos
que ahora enlaza la memoria.
Mira,
de aquel abrazo formidable
entre piedra y metal
sólo una mancha permanece,
la piedra sigue
tan viva como entonces,
aunque cansada de avatares,
mientras que del hierro
queda apenas la lágrima del óxido.
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