Dos botones
Y no haga caso doña inés
de la ropa tendida, tantas
infamias sin lavar aún, que todo
un día ha de saberse,
de lejos llegan brillos
del acero doméstico que rasgó la tela,
un tal don juan pregunta si podría
o si a usted le pluguiese,
que aún así se sigue oyendo,
pero no ha de hacerle caso, no,
que deje
tiempo a la lejía para actuar
y así podrá colgar esa colada
en los tendales del infierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario